27 de noviembre de 2018

¿Y si fueras una lechuga? ¿Eres un jardinero responsable?

Cerramos la Unidad 4 de Empatía de #EduEmocionalMooc con la metáfora planteada por el maestro zen Thich Nhat Hanh que os transcribo a continuación: 

"Cuando plantas una lechuga, si no crece bien no echas la culpa a la lechuga. Intentas encontrar las razones por las que no está creciendo correctamente. Puede que necesite fertilizante, o más agua, o menos sol. Nunca le echas la culpa a la lechuga. Sin embargo, cuando tenemos problemas similares con nuestros amigos o familiares solemos echarles la culpa. Pero si sabemos cómo cuidar de ellos, crecerán bien, como la lechuga. Culpar al otro no tiene ningún efecto positivo, y tampoco lo tiene el intentar persuadir usando razones o argumentos. Esa es mi experiencia. No culpar, no razonar, no argumentar, solo comprender. Si comprendes, y demuestras tu comprensión, puedes amar, y las cosas pueden cambiar"

Primeramente, quisiera señalar que el término "culpa" no me agrada en demasía, me parece más adecuado el de "responsabilidad", tiene menos connotación negativa y favorecería que el jardinero se cuestionase sus cuidados y aumentaría su posibilidad de cambio en las "atenciones que necesita la lechuga".

Al leer este breve relato lo primero que se me vienen a la cabeza son múltiples preguntas:

  • ¿Qué pensarías si fueses una lechuga al leer este texto?
  • Tú, jardiner@ ¿Cómo crees que se sentirá la lechuga si le responsabilizas totalmente de su crecimiento? ¿Consigues así que crezca más y mejor?
  • Tú, jardiner@ ¿Qué crees que tú puedes hacer para mejorar el crecimiento de la lechuga?
Obvio es quién es quién, lechuga y jardiner@, en el ámbito educativo y creo que a estas alturas del Mooc tod@s tenemos claras las respuestas a estos interrogantes.

En nuestra "posición jardinera" es indispensable que seamos capaces de ponernos en el lugar de las lechugas para así poder ofrecerles los mejores cuidados, siempre individualizados y teniendo en cuenta que no necesitan lo mismo. Todas necesitan cuidados, pero distintos, sólo tenemos que mirar con perspectiva y ser empáticos, porque nos encontraremos lechugas romanas, lechugas rizadas, lechuga de hoja de roble, lechuga iceberg... y además, no se nos olvide, nos encontraremos con endivias, escarola y multitud de ingredientes más necesarios para una rica ensalada, de los que los jardiner@s somos corresponsables de cuidar para tener un aliño perfecto.

Para mi está claro, los jardiner@s debemos cuestionarnos continuamente nuestros cuidados, y si la lechuga no crece plantearnos si nuestros cuidados son los óptimos, cómo mejorarlos, saber si necesitamos la colaboración de otros jardiner@s y contar siempre con las necesidades de las lechugas para cambiar, cambiar para mejorar el crecimiento de las lechugas.

Son muchas las aportaciones que podemos encontrar en la nube de este monje budista, hasta la próxima unidad me despido con un relato sobre el Ego y la Compasión:


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